sábado, 10 de noviembre de 2012

El rosario - Alberto Benza


Era la primera vez que entramos a la casa embrujada para jugar a la ouija, y sólo recuerdo a David invocando al espíritu (todos empezamos a reír). Después nos dijo: ¡No jodan, esto no es broma! Y la situación se puso más seria. Él continuó invocando: “Si hay un espíritu en esta casa que se presente”. Ni bien terminó el segundo llamado, sentí frío gélido en los pies, en las manos. Abrí los ojos y las lunas de la casa estaban opacas., todos nos asustamos cuando se rajó el vidrio de la ventana. Percy se levantó, y con una voz temblorosa dijo: ¡Vámonos! Entonces empezamos a correr sin parar. Salimos trepando el muro, corrí hacia mi casa. Entré asustado a mi cuarto, era medianoche y encontré a mi abuela molesta. Me reprendió por lo sucedido y me puso a rezar el rosario. Ahora sólo espero terminarlo para que mi abuelita pueda descansar en paz (ella falleció la semana pasada).

Sobre el autor: Alberto Benza Gonzáles

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