martes, 22 de noviembre de 2011

El poema - Mónica Sánchez Escuer


La mujer termina de leer el poema y cierra el libro con el sabor de un beso viejo y agrio entre los labios. Se desnuda. El calor le ha quitado las ganas de estrenar su camisón blanco. Las sábanas frescas se le pegan a la piel, le erizan los pezones. Dormir así, y sola, es un desperdicio, piensa al apagar la lámpara. Tan pronto cierra los ojos, el poema vuelve, navega por sus oídos como un largo rezo. No sabe en qué momento cae, sueña que cae, flota en el vacío como las palabras del poema. Como el poeta que la acaricia en el sueño, que tiene todos los rostros y bocas de los hombres que ha tenido, que la han abandonado. La mujer amanece empapada, adolorida, con las sábanas enredadas como paracaídas en el cuerpo. Se levanta y así, desnuda, sin desayunar ni lavarse la cara, dentro del poema, el poeta la lleva a escribir sobre él.

Tomado de Historias Baldías

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