viernes, 19 de agosto de 2011

Onírica vigilia - Fernando Puga


Siempre creí que uno soñaba alternativas. Cosas que no suceden en la vida real, concreción de fantasías imposibles de realizar, experiencias que sirven para descongestionar el inconsciente. Pero de un tiempo a esta parte algo extraño me sucede. Sueño con lo que me pasa. No es que sueñe con algo y luego ocurra en la realidad, como una premonición o algo así. No. Lo que sueño es nada más que lo que acontece diariamente. A ver si me explico: me levanto temprano, desayuno, saco el auto, voy a la oficina, hago mis tareas laborales, paro para almorzar, continúo con lo que tengo que hacer, cuando llega la hora salgo del trabajo, vuelvo a casa, me acomodo, ceno en familia, miro algo en la televisión, me acuesto con mi esposa y me duermo. Inmediatamente empieza el sueño: me levanto temprano, desayuno, saco el auto, voy a la oficina, hago mis tareas laborales, paro para almorzar, continúo con lo que tengo que hacer, cuando llega la hora salgo del trabajo, vuelvo a casa, me acomodo, ceno en familia, miro algo de televisión, me acuesto con mi esposa y me duermo.
¿Se dan cuenta? Exactamente igual. Y no sólo en líneas generales, sino cada detalle. No quiero abrumarlos, pero es que no me lo creo. Si estuve a punto de chocar, lo mismo sucede en el sueño; si tuve alguna pelea por más insignificante que haya sido, vuelve a repetirse tal cual en el sueño. ¿No les parece anormal? La noche en la que hacemos el amor, lo mismo vuelve a suceder en el sueño, con la misma intensidad, con el mismo placer, con la misma premura o con la misma indiferencia, según la ocasión.
Estoy preocupado. ¿Es que no tengo fantasías? ¿Cuándo se terminaron y por qué? ¿Lo que me está pasando significa que estoy pleno o por el contrario que estoy completamente vacío?
Sé que a muchos les sucede, y a mí también en otros tiempos, que al despertar no recuerdan nada de lo que han soñado. No es raro, incluso se puede decir que es lo más habitual. Yo hace tiempo que no tengo una noche así. Mi vida se duplica cotidianamente. Primero a la luz del día, después a la luz de la noche.
Últimamente he notado que no distingo una cosa de la otra. Ahora mismo, ¿duermo o estoy despierto? Acá, en esta cama de hospital, ¿estoy muriendo o me recupero por segunda vez luego de haber vaciado el frasco?

1 comentario:

Jonatan One dijo...

Buen cuento. Me trajo reminiscencias del algún otro cuento, quizá borgeano, pero no recuerdo bien. De cualquier modo, repito, buen cuanto.