martes, 19 de octubre de 2010

Psicólogos hertzianos - Víctor Lorenzo Cinca


Durante un cuarto de hora han conseguido salir del paso encadenando canciones tristonas y anuncios de tarot, pero ya no pueden continuar con eso: la audiencia pide sufrimiento, dolor. Debe entrar en antena una llamada como sea, cuanto antes. Inés, la presentadora, le guiña un ojo al psicólogo del programa, Carlos, y anuncia que tienen una nueva llamada.
―Hola buenas noches, ¿tu nombre por favor?
La presentadora coloca un pañuelo sobre el micro, carraspea, y se contesta.
―Buenas noches, guapa. Carmen, me llamo Carmen.
―Ay, Carmen, gracias por el piropo ―se dice Inés retirando de nuevo el pañuelo―. Te paso con Carlos.
―¿Qué tal, Carmen? ¿Algo va mal? ―enlaza Carlos sonriendo.
Poco a poco, entre los dos, van inventando una historia de malos tratos ―marido sin trabajo y con mal beber― incrustando las preguntas crueles y los detalles lacrimógenos que tanto gustan a la audiencia. De vez en cuando se ven obligados a apartar el micro para que los radioyentes no escuchen sus risas. El engaño ha resultado creíble, todo un éxito, visto el enorme número de llamadas posteriores dándole ánimos a Carmen y ofreciéndole todo su apoyo.
Termina el programa de madrugada. Se despiden entre risas e Inés regresa a casa cansada pero satisfecha, con la conciencia tranquila por el trabajo bien hecho. Tú, de dónde vienes a estas horas, le grita por la espalda una voz etílica al cerrar la puerta, pero ya no tiene tiempo para contestar porque su marido, pacífico por naturaleza, la muele a golpes hasta dejarla inconsciente en el suelo.

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