jueves, 15 de julio de 2010

La proposición – Héctor Gomis


—Desde luego, es cierto que no soy lo que pensabas, pero eso no te derecho a tratarme así. He sido totalmente sincero contigo y creo que merezco una oportunidad para que me conozcas mejor.
—Si estoy de acuerdo contigo, pero es que lo que me propones me parece llevar este tema al límite, y no estoy dispuesta a eso.
—Siempre me ocurre lo mismo, creéis ser especiales y así os describís ante los demás, pero luego me encuentro medianías, aburridas y tristes mediocridades fingiendo ser lo que no sois.
—Oye, no me llames esas cosas que yo no te he insultado. Una cosa es querer jugar, experimentar cosas nuevas, liberarse de la monotonía y salir del sexo ortodoxo establecido por esta sociedad represiva, pero todo tiene un límite.
—Vamos a ver niña, ¿qué es lo que ponías en tu anuncio?
—Pues lo que leíste, busco a alguien especial para convertirme en su esclava y someterme a sus deseos, que me domine y que me haga descubrir un nuevo mundo de dolor y placer, y bla, bla, bla. Ya lo sabes de sobra.
—¿Y yo que te ofrecí?
—Eres un pesado, ¿quieres que te lo vuelva a repetir?
—Si, por favor, no creo que sea mucha molestia ya que vas a dejarme plantado a las primeras de cambio.
—Pues era algo así como…, a ver…, si, caballero muy experimentado busca ninfa (o algo así) para adentrarla en el oscuro mundo del dolor y placer eternos. Era algo así, ¿no?
—Más o menos, ¿Y acaso no te ofrezco lo mismo que ponía en el anuncio?, yo creo que es todavía algo mejor y más intenso, las experiencias que te puedo proporcionar poca gente en el mundo sería capaz de ofrecértelas.
—Si ya te he dicho que estoy de acuerdo contigo, pero no me puedo comprometer a tanto. Lo que tú necesitas no te lo puedo dar. Yo busco a alguien dispuesto a azotarme, anillarme los pezones y echarme polvos mientras me insulta, algo más normal, sin complicaciones. Pero chico, lo tuyo es muy fuerte.
—Pero si será solo un momento, te prometo que será rápido, casi no te darás cuenta.
—Que no, pesado. No estoy dispuesta y no creo que lo vaya a estar nunca. Además, me tengo que ir ya. Si quieres, ya hablamos por el chat. Nos vemos.
—Se ha ido, así sin más. ¡Que descaro!. Ya no hay respeto por nada en esta sociedad. Parece mentira como ha cambiado el mundo. ¡Mierda de Facebook y mierda de góticas!
El vampiro siguió maldiciendo mientras observaba como se alejaba la chica.


Tomado de: http://uncuentoalasemana.blogspot.com

No hay comentarios.: