domingo, 26 de octubre de 2008

La prisión - Brahim Darghouthi


Cerca del amanecer, los guardias llegaron golpeando el suelo de la prisión con sus gruesos borceguíes.  Él se despertó antes de que abrieran la puerta. Se sentó, frotándose los ojos con manos que el vigoroso frío helaba. El comandante de la unidad le ordenó ponerse en pie y él obedeció. La armada patrulla policial, con él precediéndola, avanzó.
Cuando arribaron al sitio de la ejecución, vio a un grupo de prisioneros, pies y manos encadenadas, ojos vendados. Se dijo: «¡Cómo son de numerosos en este día invernal! » Y no agregó nada más. Estaba acostumbrado a su trabajo.
El comandante de la unidad le tendió un gran cuchillo, y él comenzó a degollar a los hombres, apilados en tierra uno tras otro, sin dejar de invocar el nombre de Dios cada vez que decapitaba a un condenado.

Traducción del árabe al francés: Essia Skhiri
Traducción del francés al español: Olga A. de Linares

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