jueves, 13 de junio de 2013

Parábola del amor traicionado - Colombia Truque Vélez


Después de haberse mirado intensamente: Te amo, dijo él. Te amo, dijo ella.
Se tomaron las manos y echaron a andar. El aire era tibio como sólo puede serlo en la primavera, con la misma tibieza que cada uno sentía emanar de la mano del otro.
Él es el Héroe y ella, la Heroína de esta historia que acaba de comenzar.
La luz ha ido cambiando, como si una pequeña nube hubiera velado pasajeramente el brillo del sol.
Me hieres, dijo él. Sólo el No Amor puede no herir, dijo ella; el amor es una guerra, no lo olvides.
Ahora, la Heroína tenía en su mano un arma extraña, de brillos siniestros.
Tú me heriste primero, dijo ella. No, tú me heriste primero, dijo él; Sólo el No Amor puede no herir. El amor es una guerra.
También el Héroe tenía en su mano un arma extraña, de brillos siniestros.
A medida que se herían mutuamente, sus sombras, proyectadas contra el muro y que al principio de la batalla estaban cogidas de las manos, comenzaron a separarse y a hacerse menos nítidas, como si la luz hubiera variado su ángulo sobre la escena. Las sombras se agitaban, haciendo esfuerzos para volver a unirse y, de repente, lo lograron. Los dos héroes que se herían en su lucha, habían depuesto súbitamente sus armas.
¿Me perdonas?, preguntó ella. ¿Me perdonas?, preguntó él.
La escena de la batalla y el perdón se sucedió varias veces más: el amor es una guerra.
Entonces ocurrió que, al final de una de esas luchas, las sombras se debatieron con desesperación, tendiendo la una hacia la otra sus brazos, que del color de la tinta china se habían vuelto como manchas grisáceas y amenazaban con desvanecerse completamente. Sin embargo, uno de los dos se alzó victorioso. No podríamos decir cuál, porque los cuerpos, al igual que las sombras, habían ido perdiendo consistencia. Ya iban a desaparecer por completo, cuando se oyó, no sabemos si salida de las sombras o de los cuerpos, una voz débil que clamaba: ¡Ayúdame!, seguida de otra que le respondía, ¡No puedo! Mi victoria es una herida más dolorosa, sangrante y mortal que la tuya...

Sobre la autora: Colombia Truque Vélez

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