Después atacamos a Zrup, hijo de Fluj. Lo empujé y una vez en el suelo, Drop puso las manos en su cuello. Zrup dijo:
—¿Uhgg pllu kkhhugg?
—¿Que dijo, Grog? —me preguntó Drop, que no entiende el lenguaje del clan de La Caverna.
—¿Qué hacen, muchachos? —traduje.
—¡Ghh kkugghh sshgguhh! —dijo Zrup
—¿Y ahora qué dice? —me interrogó Drop
—Nada. Ahora se está ahogando porque le apretás el cuello —contesté.
Entonces, Zrup se marchó junto al Gran Espíritu.
Luego matamos a Ull, la de cabellos amarillos; al viejo Grp, a la bruja Jjgh y a Zop, domador del Gran Tigre; a Yog, a Xtog, a la gorda Hgg, al pelado Dyp, a Xorg, a Kxarg y al rengo Dpog. Todo eso en un sol y una luna; y por diversión.
Seremos recordados.
Los primeros asesinos seriales de esta incipiente humanidad.
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