domingo, 29 de abril de 2012

Peluquería eggpunk – Héctor Ranea


—¡Zarpado!, gritó Ferdinando Egguno—. ¡Me tuvo una hora en la peluquería, me dio charla como para llenar diez mil maples de huevos de korok y no me hizo un carajo en la capocha! ¡Peor aún, me cobró como si fuera Humpty Dumpty!
—Es que usted, señor mío, tiene la cabeza de huevo sin pelo más perfecta que vi. Y muy buena conversación.
—¡Carajo, devuélvame la mosca!
—Mejor venga la próxima vez y le pinto un regio jopo y bigotes. Ahora no porque tengo otro cliente logosófico.
—¡Pero, pero! ¡Esto es digno de salir en La Presión! ¡Yo me quejo y usted va a parar a la frigittoria dei Fratelli Uova Sode en tiempo récord, diga! ¡Devuélvame la mosca!
—Mire, trabajo yo hice sobre su cáscara. ¿Lo que hablé no vale un Cosme, acaso?
—¡Qué Cosme ni que cuatro por cuatro! ¡Vamos, la mosca!
—¡Agente, Egguno me está robando!
El agente Humty Dumpty se calzó al huevo entre sus pañoletas, a pesar de sus gritos destemplados y lo llevó a la sucursal de El Huevo Tirano para ser frito.
—¡Cualquier día te devuelvo la mosca! —dijo una vez dentro el peluquero. Y se tragó al volátil Cosme en menos tiempo que un camaleón hambriento.

Acerca de los autores: Héctor Ranea 

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