viernes, 25 de septiembre de 2009

Una vida de película - Martín Gardella



Apenas transcurridos cinco minutos, Arturo se sintió identificado con el protagonista de la película, no sólo porque era físicamente muy parecido, sino porque todas las cosas que le sucedían al actor, le habían ocurrido antes a él. Luego, descubrió que la historia que mostraba la pantalla era un plagio de su vida, contada resumidamente, a razón de un año por minuto.
La mitad del film lo mostró en su etapa actual, con los sinsabores de haber vivido y la ansiedad por saber lo que vendrá. A partir de allí, pudo verse en el futuro, a través de las escenas representadas en el celuloide por aquel sujeto análogo, que envejecía igual que él.
Después del dramático final, el cerrado aplauso de los espectadores premió la exquisitez de aquella obra cinematográfica de apenas sesenta y cinco minutos. Mientras tanto, en un rincón oscuro de la sala, un acomodador intentaba consolar al desanimado Arturo que, junto con la incertidumbre acerca de su vida pendiente y de su muerte, acababa de perder la vergüenza de llorar en público.

Tomado de: http://livingsintiempo.blogspot.com/

1 comentario:

Víctor dijo...

Lo vuelvo a leer y opino lo mismo. Muy bueno, Martín. Nuestras vidas ya están escritas; o filmadas. De nuevo, te dejo otro relacionado de mi cosecha:

http://realidadesparalelos.blogspot.com/2009/04/bookcroosing.html

Un saludo.