domingo, 24 de mayo de 2009

Queridos compañeros – Max Goldenberg



Queridos compañeros… gracias por venir al acto de clausura. En este acto los compañeros se han reunido para dar cierre a una campaña inolvidable, queridos compañeros. En esta campaña hemos recorrido un largo camino que nos llevó hasta este momento final en el que nos reunimos y sentimos que somos un solo trabajador. Como dijo el general: “Si nos unimos, quedamos pegados. Y lo que se pega, nada nada lo despega”. Entonces, queridos compañeros, este es un punto de inflexión, un punto final, un punto y aparte. A parte de la población trabajadora que nos han mentido les digo lo que decía el general: “A llorar a la iglesia. A llorar a la catedral. A llorar al Vaticano. Y que el Papa se haga cargo o se haga puré".
Todavía recuerdo, queridos compañeros, cuando comenzamos esta trayectoria, esta carrera por llegar primero y luchar por nuestros derechos. Tuvimos que luchar y negociar con la patronal en pos del bien común, queridos compañeros. Todavía recuerdo… todavía recuerdo… ¿todavía recuerdo, queridos compañeros? La respuesta es “si”. Todavía recuerdo cuando nos pusimos firmes frente a los oligarcas dueños de las empresas para reclamar un ajuste en nuestros salarios. ¿Nos fuimos? No. ¿Hicimos huelga? Sí, queridos compañeros. Hicimos huelga setenta y dos meses. En el camino perdimos algunos trabajadores cuando los empresarios dueños del país iniciaron los despidos masivos. ¿Eso nos acobardó, queridos compañeros? No. Seguimos y seguimos hasta que logramos lo que quisimos: un aumento del trescientos por ciento para mí y una promesa de mejora para todos ustedes dentro de muy poco tiempo. Y eso lo hicimos juntos, queridos compañeros.
En este momento de balance, cuando llegamos a un punto de cierre, se me vienen muchas anécdotas para compartir con ustedes. Como cuando nos quisieron intimidar mandándonos la policía para persuadir nuestras protestas en contra de la reducción en la planta. ¿Y qué hicimos, queridos compañeros? Fui yo en persona a dialogar con el jefe del operativo y decidí por el bien de todos ustedes que terminemos con la violencia y que cada uno se fuera a su casa a descansar. Se, queridos compañeros, que muchos han querido atribuir la compra de mi nueva casa a ese acuerdo pero no se dejen engañar. No caigan en las provocaciones sin fundamentos. Porque esa casa, queridos compañeros, fue fruto de una donación que la Policía Federal hizo hacia mi persona queriendo comprar mi silencio. Yo acepté esa casa, queridos compañeros, solamente para hacerles ver que podrían regalarme eso y mucho más y que no me callaría. Y lo hicieron. Me dieron la camioneta y la lancha y aún así aquí sigo. Y sigo por todos nosotros, por nuestra lucha y nuestra unión. Sigo, queridos compañeros, por ustedes.
El presidente de la nación ha querido ensuciarnos diciendo que éramos una manga de vende patrias. Y es mentira, queridos compañeros, es mentira. Seríamos vende patrias si tuviéramos algo para vender pero no tenemos nada, queridos compañeros. Lo que tenemos lo hemos ganado con el sudor de nuestra frente, con el sufrimiento de nuestros trabajadores, con nuestros viajes pagados por los empresarios. Porque si, queridos compañeros, hemos viajado. Perdón… me corrijo: he viajado junto con los empresarios. Miami, Madrid, New York, Roma… a todos esos lados. ¿Por qué? Porque de esa forma, queridos compañeros, pude entenderlos. Pude meterme en su mundo de lujo y de confort, queridos compañeros, y así poder negociar hábilmente para conseguir mejoras para todos. Hasta el momento, queridos compañeros, solo conseguí mejoras para mí. Pero eso lo he hecho solamente como práctica para cuando, mas adelante, se venga la verdadera negociación para todos nosotros, queridos compañeros.
Ahora nos encontramos aquí, queridos compañeros, cerrando esta campaña haciéndole frente a las denuncias de sobreprecios en la compra de los insumos. Yo les respondo a esas injurias, queridos compañeros, diciéndoles que sobre precios no hablo. ¿Sobreprecios es conseguir buena calidad? ¿Sobreprecios es recibir un sobre? Queridos compañeros… yo he recibido un sobre con precios, no sobreprecios. No se dejen confundir… un sobre con precios especiales y, por qué no, alguna muestra de generosidad por parte de los proveedores nuestros.
Queridos compañeros: veo muchas caras de emoción, veo muchos amigos de años que se enjuagan lágrimas de tristeza por este acto de clausura. Queridos compañeros, quiero decirles que por más que clausuren nuestro sindicato y yo tenga que pasar un tiempo en la unidad de detención, que yo me niego a llamar cárcel, mi espíritu quedará con ustedes. ¿Es defraudar y estafar querer lo mejor? Queridos compañeros… ¿qué son esos aplausos? ¿Son para mí? ¿Acompañan mi caminar? Muchos podrían confundir sus gritos con vítores de alegría y felicidad por mi salida. Mas yo se que lo hacen para evitar las listas negras y las represalias.
Queridos compañeros: simplemente gracias.

Tomado de http://max.com.ar/
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1 comentario:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Mordaz, incisivo, sin medias tintas. Me gusta Max sobre el escenario y me gustan sus cuentos. Den por seguro que habrá "max".